Cuatro Secretos para una Oración Contestada






Nehemías dijo: “Oh Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración! ... Confieso que hemos pecado contra ti… Recuerda que ya le habías advertido a Moisés, que si nosotros llegáramos a pecar, tú nos dispersarías entre las naciones, pero que si nos arrepentíamos y te buscábamos y cumplíamos tus mandamientos, y los poníamos por obra, tú nos harías volver y nos llevarías a la tierra que elegiste como residencia de tu nombre, aun cuando nos hubieras dispersado hasta los confines de los cielos… Concédele a este siervo tuyo tener éxito ante el rey, para que me conceda lo que le solicite”. Nehemías 1:5-6, 8-9, 11 (NTV)








Hay cuatro secretos para que la oración sea respondida desde la vida de Nehemías:


  1. Basa tu petición en el carácter de Dios. Ora como sabes que Dios responderá: “Oh Señor, Dios del cielo, Dios grande y temible que cumples tu pacto de amor inagotable con los que te aman y obedecen tus mandatos, ¡escucha mi oración!”

  2. Confiesa los pecados de los que eres consciente. Nehemías basó su oración en quien es Dios, y confesó sus pecados. Él dijo: “Hemos pecado”. No era culpa de Nehemías que Israel estuviera en cautividad. Ni siquiera había nacido cuando sucedió, y lo más probable es que haya nacido en cautiverio. Sin embargo, se incluye en los pecados de la nación. Él dijo: “Confieso que hemos pecado contra ti”.

  3. Reclama las promesas de Dios. Nehemías oró al Señor, diciendo, “Recuerda que ya le habías advertido a Moisés,”. ¿Te puedes imaginar diciéndole a Dios que “recuerde”? Nehemías le recordó a Dios una promesa hecha a la nación de Israel. De hecho, él oró: “le habías advertido a Moisés, que, si nosotros llegáramos a pecar, tú nos dispersarías entre las naciones, pero que si nos arrepentíamos y te buscábamos y cumplíamos tus mandamientos, y los poníamos por obra, tú nos harías volver y nos llevarías a la tierra que elegiste como residencia de tu nombre”. ¿Se le tiene que recordar a Dios? No. ¿Ha olvidado lo que ha prometido? No. Entonces ¿Por qué hacer esto? Porque ayuda que nosotros recordemos lo que Dios ha prometido.

  4. Se específico en lo que solicitas. Si quieres respuestas específicas a tus oraciones, entonces haz peticiones específicas. Si tus oraciones consisten en solicitudes generales, ¿Cómo sabrás si fueron respondidas?





Nehemías no temía orar por el éxito. Él estaba muy seguro de su oración. Él oró: “Concédele a este siervo tuyo tener éxito ante el rey, para que me conceda lo que le solicite”. ¿Has orado alguna vez, Señor hazme exitoso? Si no lo has hecho, ¿Por qué? ¿Cuál es la alternativa? ¿Fallar?





¿Está bien pedirle a Dios que te haga exitoso? ¡Todo depende de tu definición de éxito! Creo que una buena definición de éxito es: “Cumplir el propósito de Dios para mi vida en fe, en amor y en el poder del Espíritu Santo y esperar el resultado de Dios”. Ese es un objetivo de vida por el que vale la pena orar con confianza.





Considera esto: Si no puedes pedirle a Dios que te haga tener éxito en lo que estás haciendo, deberías considerar hacer algo diferente. Dios no quiere que desperdicies tu vida.

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